Cazadores

–tu aroma es embriagante… es una lastima q no te presentaras ante el principado.

–mi clan me protege.

–tu clan esta en deuda con Camarilla.

Decía el hombre español mientras acariciaba el cabello de Akira, vestía casual solo con una playera blanca q debido a su compleción le quedaba entalla, llevaba unos jeans rotos y una chamarra de mezclilla, calzaba botas de construcción, unos lentes azules cubrían sus ojos color miel, su cabellera era larga y negra y sobre su rostro una barba en candado q se extendía a sus patillas, lo único q contrastaba en el era el bastón de donde había sacado la fina hoja dorada q ahora se posaba sobre el cuello de la vampira.

Las puertas del jet se abrieron y los empleados del aeropuerto de Madrid acercaron la escalera, después de cinco minutos solo bajaron los dos pilotos y una sobrecargo quien cerro el avión.

–q hijos de puta!!!... donde cojones están esos tíos?!!!… decía al tiempo q enfundaba  la hoja en el bastón y se acomodaba en la camioneta.

Yusbel había intuido q los estarían esperando en el aeropuerto, si no dentro tal vez afuera, a si q poco antes de llegar a Madrid Anna pidió q los dejaran saltar a poco mas de ocho kilómetros de distancia de la ciudad, a si evitarían tanto papeleo burocrático.

La carretera estaba vacía, aterrizaron en medio de la nada en un bosque. Yusbel subió a un árbol algo desesperada, pronto amanecería y no le agradaba mucho el sol, busco con sus agudos sentidos un lugar donde resguardarse pero no vio nada. Pierre saco su celular y acciono el GPS para saber donde estaban, la casa o pueblo mas cercano estaba al menos a unos tres kilómetros de ahí.

–ahora trabajaras para Leandro. Decía una voz grave y fría al otro lado del teléfono, Akira miraba con rabia al hombre español quien sentado en el asiento sonreía complacido por su expresión.

–esta bien maestro…contesto Akira, silencio por unos instantes y luego la voz continuo.

–no dejes cabos suelto… Akira sonrió como si recordara algo perverso, colgó y apago el celular, suspiro y antes de q pudiera bajarse de la camioneta Leandro le detuvo. –vos mataiste a mi chofer a si q ahora me llevaras a donde desee. El enojo de Akira era evidente pero su frustración era mayor, no le podía tocar ni un pelo, por ahora.

Caminaron durante una hora, el sol salía por entre los arboles y Yusbel se estaba desesperando. Poco mas adelante vislumbró su salvación, una capilla abandonada. Investigaban q no hubiese nadie pero  Yusbel no soporto y se lanzó contra la puerta q crujió y callo al piso. Dentro todo estaba sucio y roído, las bancas estaban apolilladas y las pinturas de las paredes se habían difuminado mucho, solo quedaba en pie el vitral central del altar rodeado de varios completamente rotos, Pierre y Astaroth montaron guardia. Yusbel se perdió en las sombras y Abrahel se negó a abandonar a Saulo mientras Anna intentaba hacer q recuperara la memoria de sus vídas pasadas.

El avión de la Continental Airlines a España aterrizó antes del amanecer, en la aduana un hombre alto de tés blanca se le sellaban su pasaporte, tomo su maleta la cual solo contenía un pequeño saco con tierra y se dispuso a marchar asía el hotel q había reservado.

Al entrar, sus armas ya estaban ahí, las había mandado por paquetería expres poco antes de subirse al avión. Revisaba su celular constantemente Akira no respondía sus llamadas. Luego el teléfono del hotel timbro.

–buenos días señor… le llamamos para avisarle q ya esta el desayuno…  

–pedí específicamente q no me molestaran ni me pasaran ningún aviso a no ser q alguien me busque.

–disculpe señor… q tenga un buen día.

–ching… - apunto de terminar la frase la puerta se abrió de golpe. Akira entro y lo abrazo, luego lo miro a los ojos y sonrió. –se escaparon… verdad?... –  Akira solo acentuó con la cabeza.

–perdóname Fausto pero tenemos otro problema. Al terminar la frase Leandro entro a la habitación.

–el caballero Fausto en persona… mi señor os tengo un mensaje de la regencia Sabbat.