martes, 1 de marzo de 2011

Despedida Fugas

Alameda de la ciudad de México 28 de Febrero del año 2011 11:50 pm
Los policías pasaban entre arboles y pasillos empedrados inconscientes de la batalla q se llevaba en frente de sus narices. Las espadas chocaban una mas rápida q las otra, en movimientos lentos pero sólidos el Glabro defendía con una mano y estocaba con la otra, necesitaba terminar esto en el siguiente golpe o moriría asfixiado por el oscuro velo q los cubría a la vista humana.
Al caer la noche Yusbel, una hábil guerrera y asesina vampiro y Nicolás un Inmortal a su servicio recibieron a aquel sobre amarillo con estampado de top secret y sello de cera con el símbolo de su clan, su reacción fue indiferente, pero el solo pensar en las consecuencias de rechazar la misión le hicieron ponerse en marcha. Al llegar al sitio especificado no esperaron encontrarse con un anfitrión licano, el también venia por la sangre de aquel mago.
Sus miradas se enfrentaron en la oscuridad del velo, ni un sonido, ni un destello, solo una sombra se desploma en el suelo, regresando a su forma homínida se ahoga en su propia sangre atravesado por la espada del inmortal. Nicolás mal herido, se sienta sobre sus piernas en el suelo, apoyado de una banca mira fugas a su ama quien le pide q se levante para continuar.
Un hombre, de traje y sombrero pachuco en negro, camina por la alameda cargando un hermoso medallón al cuello, en su mano derecha un bastón de madera retorcida en el mango con runas y en su mano izquierda un reloj de oro señalando las 11:57 pm.
El mago observa a la singular pareja, sonríe y los saluda sarcásticamente entre risa y molestia.
-no estaba esperando un comité de bienvenida como este… se encontraron con alguien inesperado en el camino?...-
Nicolás apenas consiente por el dolor busca la mirada de su dueña quien sonríe mirando al mago mientras desenfunda una de las dagas q carga en las fundas a su cintura. El mago saca de nuevo su reloj y sonríe.
-temo mis queridos amigos q se nos acaba el tiempo… pero… eme aquí, q puedo hacer por ustedes? O mejor dicho q no les puedo hacer a ustedes?-
- calla mago!!! Q lo único q queremos es el medallón  y la forma mas fácil de obtenerlos es con tu muerte- Yusbel sonreía dejando ver sus dos colmillos vampíricos mientras caminaba cerca de un árbol, desapareciendo entre sombras activando el velo oscuro con el cual esperaba asfixiar al mago.
-magia vampírica… la magia de la sangre… -suspira mientras revisa el reloj nuevamente- pero mi tiempo ya se acabo y no pienso perderlo jugando con ustedes- a lo lejos las campanadas de un gran reloj en la alameda anuncian las doce en punto- nadie escapa de su destino- suspira mientras parece esperar.
-Alexander!!! Es una trampa!!!... quieren intentar entrar en el velo!!!- Un joven en bicicleta grita asiendo señas con una mano mientras intenta mantener el equilibrio con la otra.  Un as de luz proveniente de la luna ilumina un punto especifico en la alameda, una fuente en cuyo interior se encuentra el cerrojo a las catacumbas olvidadas del centro de la ciudad. La llave la tiene el mago y no pueden dejarlo escapar.
Demasiado tarde. Mis ojos se abren de par en par al mirar a un viejo amigo morir atravesado por aquella bestia, un Crinos mal herido en el pecho q ruge y grita –La llave es mía!!!- Alexander atravesado por el pecho me mira fugazmente y sonríe mientras su bastón se alza. En mis pensamientos me despido de un gran aliado y un viejo amigo, una luz rojiza cubre su cuerpo mientras palabras forzadas salen de su boca, el crinos intenta deshacerse de el, pero ya es demasiado tarde. En un destello fugas el cuerpo del mago y de la monumental criatura son incinerados al instante dejando solo cenizas y el aroma del carbono expandiéndose por la Alameda.
Yusbel a fallado y tendrá consecuencias, pero aun hay un mago q lo puede resolver… yo.
Al ver su mirada asesina en mi mente se forman imágenes del futuro mas próximo, doy media vuelta y  me arranco a toda velocidad en la bicicleta. Yusbel a punto de entrar en mi persecución se detiene al ver a su sirviente desplomarse y cinco policías correr a ayudarlo mientras en la radio reportan a un hombre mal herido por una posible explosión de gas.
Me e escapado otra vez pero ya saben quien soy y cualquier noche no solo ellos vendrán por mi.

1 comentario:

  1. genial, me agrado mucho...
    pero mi pregunta es cueles serán las consecuencias??
    :D

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