lunes, 7 de marzo de 2011

Abrahel reina de los súcubos


Caminaba de un lado a otro por la sala de su casa mirando de vez en cuando la pantalla de su laptop, su hermano menor jugaba residen evil en el play station sentado en el sillón frente a la televisión, algo le molestaba, algo estaba pasando y no savia q era.

A las 2 de la madrugada su corazón salto y por breves instantes supo que todo estaba mal, llamo continuamente al celular de su amado para verificar su miedo… El no contesto.

Las almas q en su interior eran atormentadas se regocijaron por breves instantes mientras su captora sufría, el miedo seguido de la ira se apoderaron de su cuerpo, en medio de la oscuridad sus pupilas brillaron en rojo como carbones encendidos, de saco, chaleco, camisa y corbata, su vestimenta contrastaba con su pantalón ajustado y sus botas, tomo su espada y se dispuso a salir de su reino en busca de su amado.

Miraba a todos lados atreves de los cristales del veloz auto, pensando en lo diferente q se a echo mi vida desde ase un año.

Anna, la mujer q asía unos minutos me sacaba de la casa, me miraba fijamente buscando analizar mis reacciones ante la  explicación de los sucesos.
-          Entonces… he reencarnado por tercera vez?...- pregunte incrédulo a la mujer al otro lado del asiento.
-          Los cuerpos de los inmortales no pueden soportar tantos años de memorización… y con una vida tan larga… al final lo mejor es morir y reencarnar, ser reentrenado y seguir con tus investigaciones pasadas- respondía mientras sacaba un libro de pasta dura viejo y roto del bolso.
-          Toma, es uno de los volúmenes de tu biblioteca- acerque la mano para tomar el libro, en mi cabeza una idea se posesionaba de mis pensamientos, algo oculto y olvidado hormigueaba por mi cuello mientras diversas imágenes recorrían mis mente, la sensación de la probabilidad de a ver olvidado algo extremadamente importante.

Acostada sobre el frio piso de la azotea, miraba por el lente del rifle asía el Camaro q velos se acercaba a su posición, su corazón latía con emoción mientras su rostro embozaba una fría sonrisa. Firme apretó el gatillo en cuanto hubo avistado al conductor, en ese instante disparo, el auto dio vueltas sin control sobre la carretera desierta México –Pachuca asta q se detuvo impactándose con un poste.

Coloco el rifle en su espalda, se dio la vuelta a las orillas del edificio de 20 pisos, extendió los brazos al aire y salto. Girando sobre si misma en el último momento Yusbel callo de pie y reanudo la marcha en su moto con rumbo al Camaro chocado.

En el interior, el conductor temblaba con leves espasmos debido a la bala alojada en su cráneo, la mujer de porte ingles yacía inconsciente en el asiento trasero al lado de un joven hombre q Yusbel ya conocía. Cerró el puño y dando un golpe seco rompió el cristal de la ventanilla trasera, metió la mano y tomando al joven mago por las ropas lo saco a rastras del auto.

El sonido del viento q se corta por algo velos alerto a Yusbel quien soltó al mago de golpe dejándolo caer contra el piso. Sus músculos reaccionaron veloces ante la amenaza de aquella espada q deseaba despojarla de la cabeza.  Una mujer a simple vista común, sostenía una fina hoja de acero templado en cacha de madera, sus movimientos eran suaves y seductores. Vista mas de cerca, sus ojos le cautivaron, irradiaban ira pero aun a si se vio tentada a bajar su arma.

Segundo ataque.

Las dos hojas chocaron una y otra vez sacando chispas, una rompió a la otra. Yusbel sintió como algo tibio le recorría seguido de mucho dolor en el cuerpo, avía sido herida.

-quien eres?... preguntó Yusbel desconcertada por la visitante quien no avía dicho palabra alguna… 

-soy  Abrahel reina de los súcubos… y mirándola de nuevo a los ojos Yusbel sintió miedo… mucho miedo… quiso escapar pero era tarde, entro en frenesí.

1 comentario:

  1. A pesar de que heriste a mi vampiro esta historia cada vez me parece mas interesante, espero con ansias la continuación

    ResponderEliminar