Miraba fijamente mis ojos atravez de los oscuros cristales de vidrio de la camioneta q se avia parado frente a la torre latinoamericana, no perdía movimiento alguno mientras sus labios se movían entonando una dulce canción q aterraba, sus manos dentro de dos pequeños guantes de piel color blanco se movían rápidos y fugaces dibujando pequeñas arañas en el aire.
La situación era clara, sin duda estaba acabado.
Sin voluntad sobre mi propio cuerpo, incapaz de articular palabra alguna, solo me restaba realizar lo q mi titiritera me ordenase. A mi espalda estaba el paquete q me había echo cargar, un sonido equivalente a pequeños chasquidos me ponían nervioso. No tenia oportunidad, al menos no afuera del edificio. Solo un segundo, solo eso, fuera de su visión recuperaría el control de mi mismo y tal vez podría salvar no solo a las personas de mi alrededor si no al mundo entero.
Esperanza. El trolebús se detiene frente a la camioneta y silba para poder pasar, salvado por la ironía de un servicio al q no estoy apegado e incluso puedo decir odio. En mi mente una palabra, correr, solo eso queda. Salir del edificio y correr como alma q se lleva el diablo, aprovechando una de tantas coladeras abiertas de la ciudad arrojar el artefacto explosivo y gritar q es una bomba, brincar y caer sobre el piso de frente como escena de película y al final averiguar q no exploto y tener una multitud molesta por eso.
Pero algo si estallo, la risa de mi pequeña adversaria al otro lado de la calle, q agarrándose las entrañas se acerca tambaleante. Una vez más, mis propios sentimientos se contienen, mi error no fue dejarle mi amuleto a mi amada, el verdadero fue salir sin un repuesto. Arrepentido me levanto suavemente del suelo, estoy molesto pero no permitiré q eso le anime continuar y mientras me sacudo sonrío frívolamente y giro mi rostro serrando los ojos al instante.
Aprovechando q un pobre incauto pasa por la calle entre nosotros, salgo despavorido hacia el otro lado, cruzando la alameda, pasando entre puestos asta q por fin vislumbro mi salvación, el metro.
Casi no lo logro pienso, aun q recapitulando, presiento q me dejaron ir apropósito y una idea aterradora invade mi mente… si no soy yo la presa… a quien q yo conozco están buscando?.