lunes, 28 de febrero de 2011

Casería

Miraba fijamente mis ojos atravez de los oscuros cristales de vidrio de la camioneta q se avia parado frente a la torre latinoamericana, no perdía movimiento alguno mientras sus labios se movían entonando una dulce canción q aterraba, sus manos dentro de dos pequeños guantes de piel color blanco se movían rápidos y fugaces dibujando pequeñas arañas en el aire.
La situación era clara, sin duda estaba acabado.
Sin voluntad sobre mi propio cuerpo, incapaz de articular palabra alguna, solo me restaba realizar lo q mi titiritera me ordenase. A mi espalda estaba el paquete q me había echo cargar, un sonido equivalente a pequeños chasquidos me ponían nervioso. No tenia oportunidad, al menos no afuera del edificio. Solo un segundo, solo eso, fuera de su visión recuperaría el control de mi mismo y tal vez podría salvar no solo a las personas de mi alrededor si no al mundo entero.
Esperanza. El trolebús se detiene frente a la camioneta y silba para poder pasar, salvado por la ironía de un servicio al q no estoy apegado e incluso puedo decir odio. En mi mente una palabra, correr, solo eso queda. Salir del edificio y correr como alma q se lleva el diablo, aprovechando una de tantas coladeras abiertas de la ciudad arrojar el artefacto explosivo y gritar q es una bomba, brincar y caer sobre el piso de frente como escena de película y al final averiguar q no exploto y tener una multitud molesta por eso.
Pero algo si estallo, la risa de mi pequeña adversaria al otro lado de la calle, q agarrándose las entrañas se acerca tambaleante. Una vez más, mis propios sentimientos se contienen, mi error no fue dejarle mi amuleto a mi amada, el verdadero fue salir sin un repuesto. Arrepentido me levanto suavemente del suelo, estoy molesto pero no permitiré q eso le anime  continuar y mientras me sacudo sonrío frívolamente y giro mi rostro serrando los ojos al instante.
Aprovechando q un pobre incauto pasa por la calle entre nosotros, salgo despavorido hacia el otro lado, cruzando la alameda, pasando entre puestos asta q por fin vislumbro mi salvación, el metro.
Casi no lo logro pienso, aun q recapitulando, presiento q me dejaron ir apropósito y una idea aterradora invade mi mente… si no soy yo la presa… a quien q yo conozco están buscando?.

viernes, 25 de febrero de 2011

Un Demonio y un Mago


Cualquiera pensaría q me volví loco y es q de entre todas las cosas posibles es común ver a casi cualquier criatura y a un mago relacionadas sentimentalmente…

Pero no a un demonio. Cuando le conocí fue agradable el encontrarme con un ser inframundista que no tenia intenciones de matarme. En ese tiempo servía de emisario a un noble guerrero amigo mío y proclamado mi hermano q se avía enamorado perdidamente de aquella criatura. Y aunque aquella dama era hermosa, escondía en si algo mas q belleza carnal.

Pasaron los días y al parecer mi presencia provoco  algo mas que gusto por mi persona en sus pensamientos. Al final cedí a mis propios sentimientos. Ha pasado 1 año de conocerla y en solo 2 meses he comprendido q mas allá de quererla le amo tanto como mi propio corazón me lo permite.

Ella un demonio y yo un mago… quien podría imaginar pareja tan extraña y peculiar en su pequeño mundo, ambos inmortales atados por la vida terrenal que hemos decidido llevar, sirvientes de dos entidades diferentes una contraria a la otra. Le ruego a Dios me permita seguir a su lado y ella a su padre le pide lo mismo, pues… sentenciada esta a regresar a la oscuridad de los abismos dentro de poco tiempo.

La distancia nos aleja pero nos ase mas fuertes para soportar nuestros pesares, pronto llegara el día en q la vuelva a ver. Ella, aun escondiendo aquellos hermosos ojos negros, nocturnos, cazadores detrás de un mechón de cabello teñido de negro q esconde su verdadera naturaleza salvaje, su piel tersa  y suave oculta a los ojos mortales por telas de oscuros colores reflejando estilo y rebeldía.
Separados hemos luchado día a día en nombre de nuestros señores, pero juntos, lucharemos día y noche por nuestros corazones.

Serán batallas q jamás podremos ganar, pero el solo pensar q podremos estar un solo día mas el uno con el otro nos ase continuar.

jueves, 24 de febrero de 2011

Cansancio

23/02/2011 4:00 am
Mirando a ambos lados de la calle por la ventana, esperaba no encontrar a nadie cerca. La gente se altera mucho con un poco de sangre pensé.  Aquel líquido tibio  escurría por el filo de la espada  y voluntad para conjurar magia y limpiar tantas manchas me sobraba, el tiempo se me agotaba, la criatura hiso mucho ruido antes de morir y los vecinos se dieron cuenta. Mi mejor opción: abrir los tanques de gas del departamento, salir y antes de partir despavorido arrojar uno de mis cohetes por la ventana.
El sonido del zaguán  de enfrente me alerto, escondido en la penumbra de la habitación me tranquilizo al ver salir un auto. La pared a mis espaldas vibra y un ruido de liquido chocando contra el piso, aun con  mis ojos perdidos en el exterior, los bellos de mi piel se erizan al escuchar el grito gutural de aquel ente, q según yo, yacía frio y sin vida en  el suelo. Gire mi cuerpo y mis ojos se llenaron de terror. Aun acostumbrado a ver ese tipo de cosas, nunca esta de mas un buen susto al mirar un cuerpo desmembrado levantarse.
Entre los hombres se asía llamar Jorge Luis García, gran hombre de buen corazón, ayudaba en su comunidad, apreciado por vecinos, niños e incluso desconocidos, nadie podía dudar q fuera noble y más q eso respetable. Muchos llorarían su muerte sin duda. El problema esta en q el murió al menos cinco siglos atrás, saltando de nombre en nombre y de comunidad en comunidad ganándose la confianza de otros asta que llegaba el momento de alimentarse de ellos.
Me tope con el por casualidad, al instante supimos quienes éramos, la reacción fue evidente,  uno de los dos tenia q desaparecer y ese no seria yo.
El aire se corto vibrando con el sonido del filo del cuchillo q venia a mi rostro, no hubo tiempo de esquivar, atontado por mi propio horror, solo pude atravesar mi mano.
El dolor era insoportable, un segundo ataque me izo reaccionar, esta vez atravesé la espada. Gran error. La chispa provoco q el gas estallara y saliera volando por la ventana, el cuchillo de mi mano impactó contra el concreto, suficiente dolor para hacerme reaccionar y salir corriendo del complejo departamental.
Seguro en mi casa me recupero de las heridas y me dispongo a ir a trabajar, al pasar por las calles de mi colonia no puedo evitar ver los encabezados de los periódicos, en alguno se lee: lanzan cacería contra narcos mexicanos y en especial en uno de precedencia amarillista con letras pequeñas: le estallo el tanque pero sigue vivo.